Esto permitirá la creación del hábito de estudio, poner en práctica las técnicas y a la vez contar con una organización y distribución del tiempo que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es importante que este horario este en un lugar visible y al alcance del (de la) estudiante para que lo pueda consultar.
Primeramente, se debe de realizar una lista de todas las actividades que se realizan semanalmente para construir el horario lo más concreto y realista posible. En éste se incluyen las actividades extracurriculares, las actividades sociales, los períodos de descanso, la realización de tareas, estudio, revisión de cuadernos o mensajes.
Conforme vaya acostumbrándose a la rutina de estudio, podrá aprovechar el tiempo restante. Seguidamente, se deben concretizar las actividades. Por ejemplo, si tiene que estudiar sobre Español, se determinan los capítulos del libro, o las páginas de la tarea (esto se puede hacer paralelo con la agenda).
Las materias deben ir con un orden jerárquico, en el cual las materias que requieren de más esfuerzo se estudien de primero y las que no requieran de tanto esfuerzo vayan de segundas. De igual forma, se les puede asignar un color para facilitar la asociación, estructuración y asimilación del mismo.
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